Luz en la pintura
La incidencia de la luz en el ojo humano produce las impresiones visuales, por lo que su presencia es indispensable para la captación del arte. Al tiempo, la luz se encuentra de forma intrínseca en la pintura, por cuanto es indispensable para la composición de la imagen: los juegos de luces y sombras son la base del dibujo y, en su interacción con el color, suponen el aspecto primordial de la pintura, con una influencia directa en factores como el modelado y el relieve.[1]
La representación técnica de la luz ha evolucionado a lo largo de la historia de la pintura y para su plasmación se han creado a lo largo del tiempo diversas técnicas, como el sombreado, el claroscuro, el esfumado o el tenebrismo. Por otro lado, la luz ha sido un factor especialmente determinante en diversos períodos y estilos, como el Renacimiento, el Barroco, el impresionismo o el fauvismo.[2] El mayor énfasis otorgado a la plasmación de la luz en la pintura se denomina «luminismo», término aplicado generalmente a diversos estilos como el tenebrismo barroco y el impresionismo, así como a diversos movimientos de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX como el luminismo americano, el belga y el valenciano.[3]
La luz es la pieza fundamental del arte observacional, al mismo tiempo que la clave para controlar la composición y la narración. Es uno de los aspectos más importantes del arte visual.[4]
Richard Yot
Índice
- 1 Óptica
- 2 Representación pictórica de la luz
- 3 Simbología
- 4 Historia
- 5 Véase también
- 6 Referencias
- 7 Bibliografía
- 8 Enlaces externos
VER TODO EL ARTÍCULO: (TÉCNICAS DE ÓPTICA): https://es.wikipedia.org/wiki/Luz_en_la_pintura
(ESTUDIANDO LA VISIÓN: JÓVENES TODAS SUS OBSERVACIONES, ADULTOS)...
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